Ya No Hay Tiempo
Nota: Esta entrada es una lectura diferente a los contenidos habituales del blog. Es una pausa creativa pensada para reflexionar, imaginar y disfrutar. Si te interesa este tipo de publicaciones, puedes dejar tu opinión en los comentarios. — Aló, hola, papá, ¿cómo estás? —Bien, hijo... bien —la voz sonó al otro lado, áspera y frágil, como una rama a punto de quebrarse—. Recuperándome. A veces me duelen estos malditos huesos, pero vamos bien, amigo. —¿Y qué te han dicho los médicos? —preguntó Jhonatan. —Más y más exámenes. Nos toca esperar, amigo. ¿Y tú? ¿Cómo están por allá? —Acá todo bien. Este trabajo que no da tregua, pero me alegra saber que estás bien. Ya me toca irme a trabajar, luego te llamo. Cuídate mucho, ¿sí? —apretó el teléfono como si con eso pudiera sostenerlo un poco más—. Que estés bien. Cortó. Se quedó mirando la pantalla apagada, sintiendo cómo algo en su pecho presionaba. El corazón le pesaba. La garganta le ardía. Pero su padre decía que estaba bien... ...